Terapia cognitivo-conductual (TCC)

Las personas tenemos: Pensamientos, Emociones, Sensaciones físicas y Comportamientos. Cada una de estas áreas puede afectar a las demás. Sus pensamientos sobre un problema pueden afectar a cómo se siente física y emocionalmente. También puede alterar lo que usted hace al respecto.

La Terapia Cognitivo-Conductual puede ayudar a entender cómo piensa uno acerca de sí mismo, de otras personas y del mundo que le rodea, y cómo lo que uno hace afecta a sus pensamientos y sentimientos.

La TCC le puede ayudar a cambiar cómo piensa ("cognitivo") y cómo actúa ("conductual") y estos cambios le pueden ayudar a “sentirse” mejor. La terapia cognitivo-conductual ayuda a tomar conciencia del pensamiento inexacto o negativo, de modo que pueda ver las situaciones difíciles con mayor claridad y responder a ellas de una manera más eficaz.

La terapia cognitivo-conductual puede ser una herramienta muy útil en el tratamiento de trastornos mentales o enfermedades, como la ansiedad o la depresión. Pero no es necesario sufrir algún trastorno mental o enfermedad para disfrutar de los beneficios de la terapia cognitivo-conductual. La TCC puede ser una herramienta eficaz para ayudar a cualquier persona a que aprenda a manejar mejor las situaciones estresantes de la vida.

 

Terapia Gestalt:

Según este modelo, las dificultades que pueda presentar una persona en un momento determinado surgen como consecuencia del campo que se crea en el proceso de interacción individuo-entorno. La palabra alemana “Gestalt” - que podríamos traducir por “Forma”- hace referencia al hecho de que el observador pueda dar forma a la experiencia.

El organismo, por naturaleza, tiende a mantener su equilibrio y su salud, de manera que cuando le surge una necesidad trata de satisfacerla para restablecer el equilibrio. La necesidad es una carencia, una falta de algo indispensable, bien a nivel fisiológico o psicológico. Cuando surgen varias necesidades simultáneamente, el organismo sano establece prioridades, atendiendo primero a la necesidad dominante.

Para que una persona pueda satisfacer una necesidad, en primer lugar, tiene que ser capaz de sentirla, de darse cuenta de su presencia, y también deberá manejarse a sí mismo y a su entorno, es decir deberá interactuar con el medio ambiente para conseguir satisfacerla. Cuando una necesidad se satisface el asunto se cierra, y permite estar en disposición de atender a una nueva necesidad. Éste es el proceso de “autorregulación organísmica”. Una necesidad insatisfecha da lugar a una Gestalt abierta o inconclusa que genera malestar.

La Terapia Gestalt aborda los trastornos y el malestar psicológico pero no está enfocada exclusivamente a tratar enfermos y encuadrarles en un diagnóstico clínico, sino también para desarrollar el potencial humano.

¿Qué se hace en terapia psicológica?

La persona que acude a terapia realiza un proceso acompañada por el psicólogo que le ayuda a darse cuenta de lo que hace y de cómo lo hace. Se trabaja desde las necesidades, miedos o dificultades que la persona tiene en el momento actual de su vida, sin descartar ni prescindir de la repercusión de las experiencias del pasado.

El trabajo terapéutico de cada sesión se centra en averiguar, junto con el paciente, qué es lo que le ocurre en el presente. Qué es lo que le ha llevado a desarrollar una patología determinada (depresión, ansiedad, fobias, adicciones, etc.) y experimentar un grado de sufrimiento tan alto como para interferir en su vida cotidiana. Todo esto sin olvidar que su presente pueda estar conectado con experiencias pasadas o anticipando miedos futuros.

El principal objetivo de la terapia psicológica es que el paciente amplíe el campo de consciencia con su entorno a partir de una toma de consciencia en el aquí y ahora con la que se acceda a nuevas y más satisfactorias posibilidades. Todo ello dirigido a conferir al individuo el auto-apoyo necesario para recuperar el equilibrio perdido que ha originado su trastorno clínico actual.

 

Para quienes está indicada la Terapia Psicológica:

Está indicada para toda persona que tenga dificultades para manejar los acontecimientos actuales de su vida.

Los motivos por los que las personas suelen solicitar ayuda son:

  • Estados de estrés y ansiedad que dificultan llevar una vida normal
  • Estados depresivos, bajo estado de ánimo
  • Haber sufrido una pérdida (muerte de un ser querido, separación, haber perdido el trabajo o cualquier otro suceso traumático....)
  • Baja autoestima
  • Fobias, miedos
  • Problemas de pareja
  • Problemas en el trabajo
  • Problemas con los padres o con los hijos
  • Problemas con la comida